Dignidad animal y personal en el enfoque de las capacidades de Martha Nussbaum.
Resumen
En el trayecto que recorre Martha Nussbaum desde la fundamentación de su teoría del desarrollo a partir elementos palmariamente aristotélicos, a la incorporación de aspectos utilitaristas, no ha dejado de conceder a la «persona» y su dignidad inherente un lugar destacado en la configuración de su propuesta. La persona, a su entender, posee una dignidad que le asegura ciertos derechos que no derivan de los consensos que puedan alcanzar las comunidades en su deliberación pública, sino directamente del valor inherente que ésta posee y que responde, desde una larga tradición, al nombre de «dignidad». Sin embargo, la autora en su legítima pretensión de extender el enfoque de las capacidades al problema del bienestar animal, va a desarrollar una ética animal que tiende quitarle a la persona la exclusividad en la posesión de dignidad. Es decir, a tenor de su empeño por aplicar su enfoque a la dimensión del trato humano respecto del animal, la autora va a atribuir dignidad a este último, por el solo hecho de ser un «ser sentiente». En otras palabras, asumiendo el pathocentrismo utilitarista, la filósofa norteamericana va a dar un salto desde la atribución de valor al animal, a la concesión de dignidad. Con base en las consideraciones anteriores, este artículo ilustra el cambio en el alcance de la asignación de «dignidad», trazando algunas posibles consecuencias y dando cuenta de algunas críticas, principalmente, desde la perspectiva kantiana.
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