El docente como orientador en la planificación y ejecución de programas alternativos destinados a la integración laboral de personas con discapacidad intelectual.

Resumen

La educación como proceso social y multidisciplinario va de la mano con el ser humano favoreciendo el desarrollo de competencias, habilidades y destrezas. Es así como dicho proceso repercute notablemente en el desenvolvimiento del sujeto en la sociedad, pues el ser humano es concebido como un ente capaz de transformar el medio en el que hace vida. En este orden de ideas, el docente en la modalidad de Educación Especial se ve en la obligación de entender la enseñanza como un proceso interactivo ajustado tanto a los intereses y a las necesidades del individuo, como a los continuos cambios que se generan internamente en las instituciones educativas; concebidas estas como entes dinámicos que se circunscriben a paradigmas sociales, culturales, políticos, psicológicos, entre otros factores. De allí que el docente, como ser humano arraigado en su compromiso profesional y social, puede ampliar su intervención en el proceso educativo desde la planificación, creación y ejecución mancomunada de programas alternativos que permitan la adecuada integración laboral de jóvenes y adultos con discapacidad intelectual, favoreciendo así la mediación entre la educación y el derecho al trabajo. Ante tal fin, el presente artículo versa en torno a la explicación de los elementos que deben considerarse, en los procesos de enseñanza y aprendizaje, para facilitar la posterior inserción de adultos y jóvenes con mayor integridad cognitiva al ámbito ocupacional.