Uno de los personajes más visitados de la comedia Hecyra es el adulescens Pánfilo. Se trata de un personaje sumamente complejo cuya conducta en escena –y fuera de ella– exhibe uno de los procedimientos privilegiados de la comicidad terenciana, esto es, la parodia autorreflexiva. En este artículo nos proponemos demostrar cómo la construcción de un ethos doble para el personaje de Pánfilo le permite a Terencio parodiar metateatralmente el código mismo de la palliata.