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Se trata de la implementación de una práctica didáctica de laboratorio, a nivel de educación media y los primeros niveles de carreras universitarias afines a la química. Consiste en la fabricación y uso de una batería construida con materiales de desecho y de uso casero. El experimento está diseñado para ser llevado a cabo en una sesión de laboratorio de aproximadamente 5 horas. Se probaron distintos materiales de desecho, como hierro de cabillas, aluminio de latas de refresco desechadas y cobre de recortes de tubería para gas casero. Como electrolito, se utilizaron soluciones de ácido acético obtenido de vinagre comercial, soluciones de NaCl obtenidas de sal común de cocina y soluciones de NaOH obtenidas de destapador líquido concentrado para cañerías. Se logró optimizar el funcionamiento de una celda constituida por electrodos de aluminio y cobre utilizando NaOH diluido al 0,128% p/v como electrolito, la cual generó una diferencia de potencial de 1,28 V. Con esta celda, se construyeron baterías de 3 y 8 celdas que generaron 3,48 V y 8,3 V respectivamente. Con ambas baterías se logró encender diodos y lámparas LED, así como también se logró cargar la batería de un teléfono celular.