Hospitalidad: remedio para la fragilidad humana.
Resumen
Al inicio del Siglo XX, cuando surge el personalismo, se presentan dos grandes movimientos, el individualismo liberal y los totalitarismos, indiferentes a la persona. En la actualidad el fenómeno de despersonalización, sigue vigente y desfigura el valor de la persona; olvida su origen y vacía de sentido el contenido de la noción. Así, en consecuencia, se pierde el sentido genuino de la hospitalidad y se oferta a cambio, una especie de “hospitalidad en lata”, dando paso a la globalización de la indiferencia donde se agrandan las diferencias multiculturales, se crean barreras que provocan soledad y enajenación. En el ámbito de la educación, no se puede olvidar que la hospitalidad mana de la dignidad de la persona y se orienta a ella, sin embargo no todas las personas saben cuidar y por esto se trata de una asignatura pendiente. En este artículo se propone una reflexión centrada en la persona, como fuente y fundamento de la hospitalidad, con el afán de enfocar y dar un giro hacia el humanismo en la vida cotidiana, atendiendo las necesidades de los otros, que como yo son vulnerables y están necesitados de protección y cuidado. La fragilidad de los vínculos humanos es una característica de nuestro siglo y por esto un escenario favorable para la hospitalidad.
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