Tradición versus modernismo en la vitivinicultura brasileña

Resumen

Contrariamente al modelo cuasi-general de desarrollo de la viticultura moderna, orientado hacia las variedades de la especie europea Vitis vinífera, la viticultura brasileña se desarrolló al Sur de Brasil en torno a las variedades de la especie local Vitis labrusca. La fuerte productividad asociada a los múltiples destinos de este tipo de uva y las prácticas de consumo bien establecidas alrededor de su vino «corriente» económico, le confieren una fuerte estabilidad al sistema vitícola tradicional. En consecuencia, la viticultura tradicional se opone al modelo Vitis vinifera transferido desde Europa hace más de treinta años, cuya fragilidad supone una toma de riesgo difícilmente manejable para los viticultores que estan fuera de ese sistema. El peso de los usos, de las prácticas y de los equilibrios económicos alcanzados tanto en la producción como en los mercados, tienden en consecuencia a frenar o incluso limitar la renovación aún parcial del viñedo brasileño. Ante la resistencia de los viticultores a la adopción del modelo Vinífera, las filiales de multinacionales especializadas en vinos «finos» -que introdujeron ese modelo e incentivaron la reconversión de algunas firmas locales- se reestructuran para llegar al control cualitativo y cuantitativo de sus materias primas. Al excluir a los viticultores de las gestiones de calidad puestas en práctica, estos productores «modernistas» incentivan el desarrollo de una viticultura de cantidad, reforzando así la validez del modelo tradicional.