https://doi.org/10.53766/Agroalim/2021.27.52.03

Los desastres naturales traen consigo graves consecuencias para el desarrollo de las comunidades locales afectadas, paralizando parcial o totalmente sus actividades económicas, sociales y culturales. Esto sucedió tras el fuerte terremoto del 16 de abril de 2016 en la provincia ecuatoriana de Manabí, que produjo una gran cantidad de fallecidos y heridos y dañó seriamente la infraestructura hotelera, con grave afectación de las actividades de turismo en la modalidad de sol y playa que se desarrollaban en la provincia, que recibe su impulso económico del sector turístico. Para reanimar la dinámica económica y social del cantón Portoviejo (capital de la provincia), el gobierno municipal realizó desde el 2016 hasta el 2020 una serie de actividades vinculadas a la cocina regional, tales como los festivales gastronómicos en las parroquias rurales y una competencia gastronómica (la Copa Culinaria), entre las cocineras populares de tales parroquias. Se hizo además, conjuntamente con estas actividades, la solicitud de reconocimiento como Ciudad Creativa Gastronómica de la UNESCO para la ciudad de Portoviejo, designación que fue aprobada por este organismo en 2019. En este artículo se evalúa la eficiencia de estas medidas como elementos reactivadores en una zona posdesastre. Con ese propósito se realizó una investigación de tipo cualitativa, aplicando una combinación de los métodos deductivo e inductivo, desde una perspectiva histórico-comparativa durante el período 2016-2020. La información necesaria para el análisis fue recopilada mediante técnicas de observación de campo, investigación documental, encuestas, entrevistas y grupos focales. La principal conclusión del estudio es que las medidas de intervención promovidas por el gobierno municipal (entre ellas, los festivales gastronómicos liderados por el GAD Municipal de Portoviejo, basados en los platos tradicionales de cada localidad; la Copa Culinaria, la declaratoria de platos tradicionales como patrimonio nacional y la declaratoria por parte de la UNESCO como Ciudad Creativa categoría Gastronomía), con la participación activa de las comunidades locales cumplieron –en la escala de la experiencia y en la modalidad de turismo gastronómico nacional– los propósitos planteados para dinamizar las comunidades locales deprimidas por la acción del grave terremoto que las afectó severamente.